En este escrito pretendo exponer y desarrollar una problemática de la cual todos hemos sido o somos parte; la critica hiriente, discriminación y exigencias hacia a los cuerpos en general en el ambiente artístico y/o musical. El maltrato psicológico que las figuras públicas sufren a través de las redes sociales y como nos afecta como sociedad.
Sin ir más lejos, todos en algún momento
hemos mirado a quien tenemos en frente y criticado su ropa, peinado, piel,
manera de vestirse, reír, etc. Es normal, el prejuicio como idea o creencia
predeterminada que tenemos hacia una persona, objeto o situación, también es
una fuerza maligna con la que cargamos por el ser humanos desde que nacimos. Todos
estamos parcialmente determinados por nuestros antepasados al igual que nuestra
manera de ver el mundo. Si bien nuestros entornos han cambiado, es inevitable
el sostener estructuras o ideales similares al de nuestros padres/madres o
abuelos/as, ya que nuestros primeros años de vida nuestro comportamiento se
basa en observar y aprender de ellos para poder sobrevivir y sumergirnos en la
sociedad en el momento que sea adecuado. Ahora bien, muchos de estos ideales o
creencias los adoptamos por ser lo único que conocemos a esta temprana edad y
solemos sostenerlos si una vez inmersos en la comunidad reafirmamos estas
ideas, o puede suceder todo lo contrario, podemos colocarnos en una posición totalmente
en contra de esta.
Todas las épocas han sido
caracterizadas por una determinada hegemonía o norma estética; en simples
palabras, esto quiere decir que un modelo corporal es considerado superior y
mejor ante otros. A su vez, no podemos ignorar los diferentes contextos históricos;
las guerras, la hambruna, la esclavización de los nativos y las personas de
color, la colonización y demás atrocidades que han sido factores importantes a
la hora de dictaminar que ‘’raza’’ consideraban superior y cual no. El racismo
contra el que se lucha tanto hoy en día, es un claro ejemplo de estas ideologías
discriminativas que muchos pretenden defender con argumentos incoherentes a
nuestro entendimiento del siglo XXI. Sumado esto, la falta de herramientas o
conocimientos en los campos medicinales, desde el inicio de los tiempos han
instalado medios poco saludables para alcanzar estos objetivos estéticos. Desde
prendas de vestir hasta dietas que no proporcionan los nutrientes necesarios
para una buena calidad de vida, cirugías y tratamientos dolorosos. No solo
porque la falta de conocimiento general dictaba que quien incumplía con esto
llevaba una baja calidad de vida, sino porque también comenzó a brotar la
palabrita ‘’feo’’ para llamar al cuerpo diferente con respecto al que predomina
en la sociedad.
Se ha condenado a este cuerpo
distinto, creyendo que por medio de esta tortura social el sujeto se dignaría a
cambiar. Un claro ejemplo de esta condena es el famoso mito de que la persona
excedida de peso o ‘’gorda/o’’ evidentemente tiene problemas de salud y que al
mostrarse y aceptarse como es, está dando inicio a una retroalimentación positiva
con respecto a la obesidad. Por el lado contrario, damos por hecho que una
persona delgada está desnutrida o seguro padece de alguna enfermedad. Mismo
resultado, diferentes ejemplos.
Teniendo en cuenta ambos extremos
de la cuestión ¿Por qué pareciera que nada conforma a la sociedad? Aquí traemos
de vuelta el término juicio, acción que nos atribuimos por el simple hecho de
existir. Arrastrando estos ideales de nuestros antepasados e ignorando por
completo los nuevos conocimientos que nos ha traído el avance tecnológico. Nos
limitamos a observar con ojos de otro siglo.
Para ejemplificar, una de estas
tantas cosas que nos ha otorgado la medicina moderna, es que la persona ‘’gorda’’
no necesariamente sostiene una rutina dietetica insalubre, o en algunos casos
hasta puede padecer de anorexia nutricional. También, una persona delgada no
necesariamente está desnutrida, y si tiene una mala calidad de vida, puede ser producto
de todo lo contrario a lo que suponemos. Qué paradoja ¿No? Esto se debe a que
hoy en día conocemos que el metabolismo es un factor importante en el aumento o
disminución de masa corporal, el cual está en gran parte determinado por nuestra
genética y ha ido adaptándose en el paso del tiempo a través de nuestros
antepasados, para así sostener la supervivencia de la especie. Por lo que
muchas veces, sin importar que comamos o hagamos, nuestro cuerpo puede tener
sus propios límites, opuestos a nuestros deseos o metas personales.
Aun así, la condena social si
puede arrastrarnos a desarrollar enfermedades, trastornos alimenticios y crisis
emocionales, causando un efecto de bola de nieve en todo el sistema. La
necesidad de alcanzar una meta estética puede ser muchas veces la raíz de los
problemas a mayor escala, y no viceversa.
Sin embargo, muchas de estas cosas
pareciera que las conocemos, las damos por hecho o al menos con nuestros
cercanos aplicamos esta desconstrucción y re-construcción personal, justamente
porque el afecto nos hace evadir el juicio o actitudes hirientes. Pero
volviendo al tema que nos trae acá ¿Por qué con las figuras públicas es
diferente? ¿Acaso cuando es alguien famoso, tenemos una especie de autorización
para indicar como se debe ver?
En una pequeña encuesta que hice recibí
muchas respuestas interesantes:
‘’…La exposición trae
eso, hace que tenga más alcance. Pero seas figura pública o no siempre están las
opiniones, solo que esas tienen más alcance. Estoy segura que si subo una foto
de cuerpo entero alguien no públicamente va a estar opinando. ’’
‘’Pareciera que si
estamos en facultad de hacerlo, pero no es correcto. ’’
‘’La gente con tal de
tirar abajo a cualquiera que tenga éxito se agarran de lo único que pueden
criticar. ’’
‘’No, pero a las
figuras públicas se las cosifica, entonces se genera cierta sensación de
dominio.’’
‘’Nadie está
autorizado a hablar de un cuerpo ajeno.’’
‘’No es una autorización,
el ser figura pública facilita y acelera el alcance de sus fotos a más
personas, haciendo como ‘’global’’ su imagen y se fácil acceso u opinión.’’
‘’No, no tenemos autorización.
Esa persona tiene sentimientos y no sabemos que le puede generar comentarios
negativos. Te contesto todo desde el lado malo. Porque si son cosas buenas, si,
comentarios buenos serian ‘’te ves bien así’’ ‘’si tu mala alimentación te
perjudica deberías cambiarla’’ siempre desde el lado constructivo los
comentario buenos…’’
‘’Siento que está MUY
normalizado solamente porque se trata de alguien famoso que ‘’tiene todo’’ y
nada puede afectarle, y que como fans o espectadores entonces podemos criticar
a esa persona. Pero nos olvidamos que sigue siendo una persona que decide por sí
misma y nadie tiene por que criticarla, tampoco exigir o imponerles que deben
hacer. ’’
Como bien dijeron, el hecho que
el contenido de los famosos abarque una mayor extensión de la sociedad, hace
que sea inevitable que en determinado momento llegue a manos de esa parte de la
sociedad que aún no han soltado estos estereotipos o juicios predeterminados
por nuestros antepasados. También en este gran alcance, se produce una idealización
hacia la figura, esto quiere decir que se empieza a endiosar a la persona,
ignorando por completo sus capacidades humanas, mortales y comunes que comparte
con cualquier otro humano en la tierra. En esta idealización, se crea una
imagen o idea de cómo se supone es la persona. Quienes le admiran lo ven como
intocable e inalcanzable, alguien a quien sería indigno e irrespetuoso mirar a
los ojos, por miedo a convertirse en piedra, tal cual la leyenda de medusa.
Otros podrían dedicarse a criticar, suponiendo, como bien dijeron en una de las
respuestas a la encuesta, que al tener todo lo material que cualquiera desearía
y los ojos de millones de personas sobre ellos, carecen de sentimientos,
emociones y sensibilidad. Como si la fama te quitara humanidad. Y no podemos
descartar al que exige. Una mezcla de ambos ejemplos. Alguien que considera que
por otorgarle su admiración, la figura pública le debe su obediencia absoluta y
cumplir con sus expectativas como muestra de lealtad, desde como luce hasta qué
hace en su cotidianeidad.
Obvio la demanda hace la producción.
Lo que el público desea el artista debe dárselo. Con esta idea se ha construido
la industria. Compañías de alto poder adquisitivo son la raíz de este gran
sistema en el cual los artistas y su contenido no son más que componentes y
marionetas en una red de marketing. Por supuesto estas empresas también son
quienes más puertas abren a los nuevos talentos que surgen en la sociedad. Pero
sus ideales son versátiles ya que se basan en los deseos de sus consumidores. Mientras
el público exija el cumplimiento de esta norma estética, las direcciones de la
industria no van a cambiar y los únicos que sufren en esta oferta-demanda son
los que se encuentran atrapados en el medio. Provenga de cualquiera de estos
lados, la discriminación, burla, racismo, critica y exigencia solo va afectar
al que debe seguir las ordenes sin objeción, porque en el caso de no hacerlo será
condenado al fracaso, tenga el talento que tenga.
Las clases sociales son
inexistentes cuando se trata de emociones o circunstancias humanas. Todo cambio
en la sociedad empieza por uno mismo, ya sea con quien tenemos en frente o con
un ídolo en la cima del mundo.
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